Percibí el sonido de la campana, indicador de que la clase había terminado.
Todos corrieron rápidamente hacia la puerta, excepto yo... Yo cargaba también con mi depresión; algo muy, MUY pesado que, por lo tanto, me hacía andar más despacio.
Pero ahí estaba ella... Rebasándome... Impregnando todo alrededor con su perfume... Enamorándome aún más...
Respiré hondo.
Sólo quería que ese humor, ese perfume corriera por mis venas.