Desubicada, probablemente. Pero dominaba ese aroma que, aún en sueños, es inconfundible.
Y al sentir la brisa con los ojos cerrados, se despertaban en mí un sin fin de emociones... Abrí los ojos. Estabas ahí; inmóvil pero tan expresiva a la vez, y una simple sonrisa bastó para entendernos mutuamente.
Tus manos jugueteando con las mías; sin que importase nada más, viviendo el éxtasis en carne propia... Y el tiempo se detuvo en el momento justo en que nuestras miradas se encontraron. ¿Qué más podía hacer?... Si con una simple mirada me habías arrebatado todo. ¿Qué otra cosa podía hacer cuando ya te había entregado todo lo que tengo, todo lo que soy, y aún así, no necesitaba de más nada; sólo tú?
Un suspiro... Sí... No había palabras; no las hay... No hay nada que pueda describir lo que siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario